En terrazas, balcones y jardines
El Pelargonium grandiflorum es muy popular en zonas protegidas de interior y exterior de España y como consecuencia la podemos ver en muchas terrazas, balcones y jardines.
Se le conoce con los nombre populares de geranio pensamiento, geranio real, malvón pensamiento,… y a su nombre científico que es Pelargonium x domesticum se le suma su sinónimo Pelargonium grandiflorum, pertenece a la familia Geraniaceae, siendo originario de Sudáfrica.
Es una planta perenne de porte erguido con tendencia a ser muy ramificada, pudiendo alcanzar más de medio metro he incluso en óptimas condiciones de cultivo superar el metro y medio de altura. Sus hojas son verdes, reniformes y redondeadas con abundante pelosidad con un tamaño entre los 5 y 8 centímetros de diámetro.
Su época de floración se centra en primavera y verano. Respecto a sus flores son muy vistosas reunidas en pompones y de buen tamaño, superando los cinco centímetros de diámetro, compuestas por pétalos de colores variados que van desde el blanco hasta el casi negro, con los dos superiores con manchas oscuras. Cada año aparecen nuevos híbridos con forma y colores diferentes que vienen a incrementar su juego varietal.
Un geranio muy resistente
Estamos ante una planta de exterior muy resistente, ideal para ser utilizada para adornar arriates, jardineras e incluso para su cultivo en maceta como planta individual. Necesita una buena exposición al sol y temperaturas cálidas siempre y cuando se satisfaga correctamente el riego. Por lo tanto su ubicación será en pleno jardín o zonas expuestas al sol. No importa si a determinadas horas le da un poco de sombra.
El terreno sobre el que se plante debe de estar muy bien drenado para evitar encharcamientos que producirían daños en sus raíces. En este aspecto, los riegos deben ser moderados y frecuentes, procurando que no se encharquen. De hecho soporta mejor una sequía suave que el exceso de agua.
Para su abonado utilizaremos un fertilizante del tipo denominado de ‘plantas de flor’, equilibrado pero con mayor riqueza en potasio, así como con presencia de microelementos, preferiblemente quelatados. Se aplicará durante todo su cultivo cada quince días a las dosis recomendadas por el fabricante. Un suelo adecuado y bien fertilizado nos asegurará en gran medida un adecuado desarrollo así como una abundante floración.
En plena floración iremos retirando las flores marchitas tanto para favorecer el crecimiento de las nuevas como para evitar que sus flores secas se conviertan en refugio de parásitos.
En cuanto a la poda, en el Pelargonium grandiflorum se centra en una poda de acortamiento de tallos durante la primavera cuando estos adquieren longitudes indeseadas.
Si se requiere un cambio de maceta o jardinera esperaremos a realizarlo a principios de primavera o principios de otoño, utilizando un sustrato prefabricado del tipo sustrato de plantación o sustrato para plantas de exterior.