Consejos para su cuidado en el jardín
Como son muy resistentes, al exterior sus cuidados serán mínimos. Las ubicaremos en el jardín a pleno sol procurando plantarlas bastante juntas para conseguir una bonita ‘mancha de color’. Para su plantación en jardineras podemos utilizar un sustrato del tipo especial para plantas de exterior o de plantación.
Aunque se suelen comprar ya con flor, en caso de no ser así es importante saber que la mayoría de las plantas de Primula acaulis necesitan de 5 a 8ºC para su inducción a floración. Por ello, si el otoño es muy cálido no florecerán hasta que las temperaturas nocturnas bajen por debajo de estos valores.
Para evitar un exceso de vegetación y baja floración, tendremos cuidado con el exceso de abonos nitrogenados. No tolera los ambientes secos, por lo que es aconsejado el riego regular, de modo que el sustrato o terreno se mantenga siempre algo húmedo y fresco.
Prefiere los terrenos bien drenados y que no se acumule agua en exceso. En terrenos muy arcillosos, podemos aportar para mejorarlo un sustrato tipo plantación en una proporción del 15 al 30% según las características de la tierra original.
En cuanto a plagas y enfermedades, en el jardín no tiene grandes enemigos, si bien las más comunes que se pueden presentar son el pulgón, el thrips, la mosca blanca, el minador y las orugas. Todas ellas son fáciles de controlar con los insecticidas sistémicos recomendados para cada caso, teniendo la precaución de actuar nada más detectar los primeros síntomas, procurando rociar toda la planta e incluso el envés de las mismas para llegar a zonas, donde por ejemplo la mosca blanca suele concentrar su presencia.
Cultivándola desde su semilla
Esta planta no suele ser cultivada partiendo de semilla por los aficionados a la bricojardinería, siendo lo más común adquirir las plantas ya con flor en floristerías, centros de jardinería y grandes superficies. Pero para aquellos que deseen abordar su cultivo desde su siembra, saber o tener información técnica profesional al respecto es de gran ayuda. Estos datos deben de tomarse siempre como orientación ya que según las variedades cultivadas, sustrato utilizado, clima, etc. puede variar notablemente en los resultados.
Las siembras se pueden iniciar desde finales de verano, sobre un sustrato bien aireado con una mezcla sobre el 60% de turba fina, 25% perlita y 15% vermiculita con un pH entre 5.5 y 6.0. La siembra la realizaremos sobre el sustrato húmedo, no las cubriremos y la temperatura de germinación debe de ser inferior a los 18ºC. Mantendremos el sustrato húmedo durante todo el proceso de germinación.
Entre los 30 y 45 días de su siembra se van formando hojas verdaderas y aunque debemos seguir manteniendo el sustrato con suficiente humedad, podemos relajar un poco la frecuencia de riegos para estimular el desarrollo de sus raíces. También podemos iniciar su fertilización con una fórmula de 15-03-20 ó 15-05-25.
Alrededor de los dos meses desde su siembra, las plántulas ya están listas para plantación a una pequeña maceta para que adquieran tamaño antes de plantarlas directamente al jardín o en jardineras. Se pueden plantar en macetas de 9 ó 12 centímetros de diámetro, siendo un sustrato adecuado el fabricado que se encuentra en los puntos de venta especializados tipo ‘Especial para plantas de exterior’. Tras la plantación se ubican las plantitas en el jardín a pleno sol y se regarán y abonarán de forma regular hasta que adquieran el tamaño idóneo para su plantación definitiva en el jardín. Un momento adecuado para su plantación definitiva en el terreno es cuando las hojas de las plantas empiecen a sobrepasar los bordes de su maceta.