No resisten bien los terrenos encharcados y desarrolla escasas ramificaciones, cilíndricas y curiosamente huecas. Si se producen lesiones, vemos que su savia tiene aspecto de látex que en contacto con el aire adquiere una cierta consistencia gomosa.
Sus hojas son verdes, algo lobuladas y crecen de forma alterna. Sus flores… las verdaderas flores, son de escaso valor ornamental, siendo las brácteas foliáceas que las rodean su gran atractivo. Así, cuando nos referimos a ellas como Poinsettias de flores blancas, rojas, rosas, etc. en realidad estamos refiriéndonos al color de sus brácteas que rodean sus pequeñas y verdaderas flores.
Los viveros las cultivan, según el formato y tamaño, desde junio a finales de noviembre. Los formatos más comerciales van desde los más pequeños llamados unifloras… hasta los más grandes denominados ‘arbolitos’, pasando por todos los demás de portes ramificados… más o menos grandes. En los tamaños, las referencias son el diámetro de la maceta y vinculados a ellos la altura de la planta, normalmente dos tercios más que la altura de su contenedor.
Con la mejora genética de estas últimas décadas, podemos encontrarla en los colores blanco, rosas, matizados, jaspeados (también llamados de fantasía) y sobre todo en rojo. Este último es el color más popular y sin embargo, está lleno de tonalidades según a la variedad que pertenezca (‘Peter Star’, ‘Sub Jibi’, ‘Freedom’, etc.). Así, pasamos de las Poinsettias de color rojo con una cuota de mercado de prácticamente un 100%, a situarse rondando el 80% y con tendencia, lenta pero tendencia, a ir bajando durante estos próximos años.
Actualmente, las variedades que se ‘mueven’ por el mercado son Freedom, Cortez, Sonora, Peterstar, Millenium, Galactica, Red Diamond, Silverstar, Da Vinci, Lemon Snow… muchas de ellas con variantes a su vez en distintos colores, por ejemplo Sonora pink, Sonora marble, Sonora dark red, etc.