¿Cómo afectan los patógenos a la nutrición vegetal?
Generalmente, el problema principal ocasionado por los patógenos, radica en la imposibilidad de satisfacer las necesidades de la planta como consecuencia de la interferencia que ocasionan sobre el movimiento del agua y los nutrientes, ya sea por inmovilización o alteración de la absorción, solubilización y distribución de los mismos; esto termina ocasionando la enfermedad por deficiencia de esos nutrientes.
¿Cómo se defienden las plantas frente a estos ataques?
Los nutrientes minerales son capaces de aumentar la resistencia frente a plagas o enfermedades, ya sea mediante cambios en la anatomía vegetal (células más gruesas) o cambios en las propiedades fisiológicas y bioquímicas (producción de sustancias repelentes o inhibidoras).
¿Cuál es el papel de los distintos nutrientes en la prevención de enfermedades?
Entre los distintos nutrientes implicados en la prevención de enfermedades podemos destacar:
• Potasio, cuya deficiencia provoca acumulación de aminoácidos (contribuyen a la degradación de compuestos fenólicos), azúcares (nutrientes de los patógenos) y retraso en la cicatrización de heridas (favorece la penetración de hongos).
• Calcio, macronutriente esencial para la estabilidad de las membranas y paredes celulares. Por ello, cuando existe una deficiencia, se ocasiona la rotura de los tejidos, lo cual provoca la salida del contenido de la célula, que se convierte en un excelente medio de cultivo para el crecimiento de hongos. Otra función a destacar, es la inhibición de la actividad de las enzimas pectolíticas, mediante las cuales algunos hongos son capaces de invadir el tejido vegetal.
• Es importante resaltar la importancia de conseguir un balance adecuado en la relación calcio/potasio, ya que el potasio en exceso ocasiona un efecto antagónico con el calcio, lo cual lleva a una deficiencia de este último.
• Los micronutrientes también son cruciales por diversos motivos. En general, su deficiencia lleva a la acumulación de sustancias orgánicas de bajo peso molecular que reducen la resistencia de las plantas. Entre ellos, podemos destacar el cobre, ampliamente conocido por su efecto fungicida, debido a su acumulación dentro de las células del hongo que provoca el bloqueo o mal funcionamiento de enzimas imprescindibles para su desarrollo.
Otro nutriente destacable sería el azufre, conocido también por su efecto fungicida, esta acción se debe a que numerosos metabolitos secundarios que contienen azufre en su estructura, se activan para defender a la planta cuando existe un ataque o cuando se ha producido algún daño en los tejidos. El azufre también es un componente de determinados aminoácidos como la cisteína, la cual interviene en la síntesis de compuestos de defensa como las fitoalexinas.
¿Cómo podemos conseguir mejorar el estado nutricional de las plantas?
El equilibrio nutricional es de vital importancia debido a los complejos efectos sinérgicos que se producen entre macro y micronutrientes, además del importante consumo energético que supone poner en funcionamiento todos los sistemas de defensa, siendo muchas veces necesario el aporte de dichos nutrientes a través de la fertilización.
No sólo es relevante el aporte de nutrientes, estos tienen que estar disponibles para poder ejercer su acción y en este sentido tenemos que tener en cuenta un gran número de factores que lo afectan: estructura del suelo, pH, factores ambientales, presencia de patógenos… Es por ello, que las estrategias de actuación en campo deben estar diseñadas por un experto que deberá realizar un estudio previo del cultivo.