Parece obvio que unas condiciones ambientales adversas a un cultivo influyen de forma importante en su desarrollo, crecimiento y productividad. Pueden provocar lo que llamamos estrés abiótico, cuando es causado por el déficit hídrico, la salinidad, el frío, el calor, la irradiación luminosa etc.
Hay empresas fabricantes de productos nutricionales que utilizan la glicina betaína como materia activa para combatir los efectos que tiene el déficit hídrico provocado por estreses abióticos en los cultivos. Para conocer más detalles sobre esta sustancia y su aplicación en los cultivos entrevistamos a D. José Antonio Yélamos.
¿Qué es la glicina betaína?
La glicina betaína es químicamente hablando una amina cuaternaria. Es un compuesto no iónico que sintetizan las plantas como respuesta adaptativa a situaciones de déficit hídrico, produciendo un efecto osmoprotector a nivel celular.
¿Que entendemos por efecto osmoprotector?
Cualquier planta cuando se ve sometida a un estrés hídrico pone en marcha una serie de respuestas para protegerse de la deshidratación. A nivel celular al disminuir la cantidad de agua en el medio, se produce un flujo de agua del citoplasma hacia el exterior de la membrana, produciendo una pérdida de turgencia en los tejidos y una disminución de la tasa fotosintética de la célula. La planta empieza a sintetizar sustancias que compensen la concentración de solutos del citoplasma con la que tiene en el medio exterior y evitar la salida excesiva de agua de las células.
La glicina betaína, la prolina, el manitol, los azúcares, son sustancias con efecto osmoprotector que le sirven a la planta para equilibrar el balance hídrico celular.
¿Qué efectos tiene la utilización de glicina betaína sobre los cultivos?
El uso de glicina betaína en la nutrición vegetal aporta en primer lugar un ahorro energético pues la planta no tiene que sintetizarla. En segundo lugar, nos garantiza una respuesta más rápida de la planta al estrés provocado por la falta de agua, temperaturas extremas, irradiación luminosa excesiva y salinidad.
Esta velocidad de reacción más eficiente se verá en una mayor capacidad de realizar fotosíntesis, garantizando una mejor realización de todos los procesos bioquímicos que se producen a nivel celular y que tiene como consecuencia entre otros efectos un mejor desarrollo y calidad de polen en momentos de condiciones ambientales adversas y una mejora en la absorción de nutrientes porque la planta puede tener durante más tiempo abiertos sus estomas sin temor a la deshidratación, favoreciendo la entrada de nutrientes en la planta, mejorando la producción y la calidad de los frutos tratados con glicina betaína.